¿Por qué todo tiene que ser tan difícil? Porteros de circuito
El pase lo dan a las 12.
Hace una bonita mañana de verano.
El sol sale por el este y antes de que se ponga por el oeste ya habrás hecho
otra pole. Y mañana ganas la carrera. O eso es lo que piensas tu. Qué coño!
Estás seguro!! para eso te has inscrito. Te acompañan tu novia, tres amigos y
el equipo completo en un estupendo desayuno del hotel que has cogido cerca del
circuito. La habitación te ha costado menos que un neumático, menos que la
inscripción, menos que la licencia… hasta menos que una bota. Todo es impecable
en el hotel, como mucho el zumo de naranja será de bote pero tampoco te vayas a
quejar por eso. Si te vistes en el circuito, verás que la chica de recepción le
ha deseado suerte a un rival que iba ya vestido con el mono, lo que ella no
sabe es que está en tu categoría y no tiene ninguna posibilidad. Sales del
hotel con tiempo y te diriges al circuito. El día perfecto que estabas viviendo
está a punto de irse al carajo.
Pongamos que estamos en Jarama,
pero esto puede pasar en cualquier circuito nacional. Si alguien quiere
ejemplos los tengo como para exportar. El tío de la garita de entrada a la
urbanización te mirará, y como ves que es seguridad de uniforme bajas la
ventana y le dices que vas al jar… antes de acabar la frase está abierta la
barrera. Ni en el Garamond te tratan tan bien!
Al llegar al giro de entrada al
circuito hay un coche hablando con un portero. No sabrás muy bien qué pasa,
alguien que se ha perdido, quizás. Otro coche os pasa por la izquierda, el
portero le mira, le saluda y continúa. El de antes está dando la vuelta. Un
coche de la urbanización con una madre y tres niños pita porque para dar la
vuelta ha tenido que invadir su carril… ¡ésta gente, mira que molestar a esa
pobre madre!!. Ya ibas a pasar también por la izquierda, pero como estaba el
dominguero con su maniobra has esperado y te toca avanzar ya. Vas al paddock,
con tu coche, tu camión, tus mecánicos, tu novia…. Los cojones. El portero te
pregunta que dónde vas con una cara que parece que eres el mismo de antes que
ha vuelto a perderse. Pero no, tu vas al paddock y así se lo dices.
“¿Y el pase?”. Vaya tono. Éste no
ha desayunado. Por lo menos no All-Bran de esos. Tiene cara de llevar allí
desde la graduación de sus hijos, allá por 1981.
“El pase lo dan a las 12:00,
cuando nos registremos”.
“Pues sin pase no puedes pasar”
“¿Y cómo paso a coger el pase si
me cortan el paso hasta que tenga pase?” Supones que levitando. Y supones bien.
Pero por aquí vamos mal, un argumento como ese se cae ante una respuesta
del señor que está ahí para dar la vuelta a la gente. Pero no a todos, porque
ya van tres coches que pasan por tu izquierda saludando al señor de los
All-Bran mientras otros dos ya hacen caravana detrás de ti. Te consuela pensar
que no tienen pase ¡¡ni de coña!! Como a la madre de los 3 hijos se le haya
olvidado algo en casa va a montar una escabechina aquí que ríete tú de
Torquemada y te das cuenta de que el dominguero era en realidad otro piloto.
“Ese no es mi problema, por aquí
sin pase no se puede pasar”. La trama se complica y empiezas a recordar cómo te
tratan en el Garamond. “¿Y cómo puedo ir a por el pase? Yo o cualquiera de los
que están entrado, vamos”. “Anda, tira para adentro, pero mañana sin pase no
pasas”. Nunca, en todos tus años de vida, podrás saber si eso fue un gesto de
misericordia o si en realidad está allí para parar los coches que no le suenan
y mantener un diálogo de besugos.
Por fin vas para dentro. Pero
antes del Araceli te encontrarás otro portero. Quiere el pase. Y lo quiere ya. Y no, no va a tener esta pinta.
“Como ya le dije a su amable compañero, los pases los dan a las 12, y hasta esa
hora no tengo pase ni yo, ni ninguno de los aproximadamente 100 coches que hay
ahí dentro”. “Esos son federativos, comisarios, organizadores…” (y sus novias,
sus tres amigos…) “Ah, mire yo es que soy piloto, estoy en el box 24, y le juro
porque me muera ahora mismo que el pase me lo dan a las 12, si quiere después
le traigo tres copias”.
“Pues si es piloto tendrá que ir
al parking de pilotos, tire por aquí a la derecha.”
Te manda aparcar en un barrizal
en cuesta que está sospechosamente cerca de la pista y ahora descubrirás que suficientemente
lejos del box como para que el amigo de la recepcionista se haya vestido en la
habitación, en vez de cargar con el casco, el mono, las botas, la cámara….
Pero estás dentro. En tu hábitat
natural. Aprovechando que el parking te da una buena vista de la bajada de
Bugatti que no se ve desde dentro del coche en carrera te acercas a echar un
vistazo.
“Psssssss”…”EEEEEHHHH!”…..”TUUUUUU!”
(por ti)
“Yo?”
“SI, TU!! Ahí no se puede estar!!!
Es peligroso”
Pero si no hay nadie rodando…. Bueno,
está tu novia, bastante hartita ya porque se ha dado cuenta ella sola de hasta
donde le toca caminar y lo que le queda de vuelta si quiere venir a coger el
bolso, que lo ha dejado para ayudarte con “tus trastos de los coches”. Bueno,
vamos a dejarlo, si total la imagen es mejor de la que bajas al límite del
neumático, y eso el señor de la silla y el peto amarillo fosforito que grita
sin levantarse de ella no lo sabrá en toda su vida.
Vas al box. Saludas al equipo. No
sabes si habrán vivido esa odisea pero no preguntas. Tus amigos llegarán
muuucho tiempo después porque ellos ni siquiera son pilotos. Salvo que tengan
cara de comisarios, en cuyo caso su coche te servirá de apoyo a la puerta del
box tras escuchar el mitiquísimo “a nosotros no nos han pedido pase, nos das
uno?”. “Es que los dan a las 12”…. Te acercas al muro a ver la recta, la
posición del box para la parada, empezar a respirar el ambiente del circuito.
“¿El pase de muro?” Ni lo verás venir.
Vuelve a ir de fosforito. Esta vez es naranja. Muy conjuntao. También trae una
carpeta y un boli y parece dispuesto a apuntar tu nombre y denunciarte ante
Dios Nuestro Señor, toda su Santa Iglesia y una cohorte de comisarios. Pero de
los que van de fosforito no, los otros, los que sancionan.
“¿Pero qué pase? Si los dan a las
12” El resto de la conversación no sabes si es real o te la vas imaginando tú
solo de la que vuelves al box. Allí sin pase no se puede estar, bla, bla,
bla…..
Es evidente a estas alturas que a
las 11:30 te suena una alarma en el móvil que dice que vayas a por el pase para
convertirte en una mezcla de Golum y el Quijote que campará a sus anchas por
donde le plazca. Y allí que vas. Pero es posible que para tu sorpresa todavía
te encuentres otro fosforito en la entrada a las escaleras que llevan a la
oficina. “¿Al baño podré ir o hará falta pase?”, “¿será por iniciativa propia o
reciben órdenes de algún ser superior?”, “¿Qué color de peto lleva? Por reconocerlo,
digo”.
Como detalle importante decirte
que si estás en el parking de la bajada de Bugatti tengas cuidadito con las
salidas de pista de tus compañeros o podrás llevarte sorpresas de la que tu
novia vaya a por el bolso o vuelvas al hotel…. Lo que te faltaba! Va a resultar
que sí era peligroso… pero para el coche! al que sí que dejan estar ahí. Anda,
sal de ahí y vete a cenar y a la cama, que te hace falta un descanso.
De nuevo en el hotel. Otro
desayuno. Evidentemente da lo mismo cómo lo hayas hecho ayer porque eso es una
miseria comparado con lo que sí tienes; UN PASE. O dos si son pequeños, que a
tu novia no le das por si acaso uno te lo lleva el viento y un fosforito se
cruza en tu camino.
En menos de una hora te
encontrarás con el de los All-Bran. Allí sigue. Desde 1981, confirmado. Esta
vez tienes pase, se lo enseñas sin parar el coche. Como él tampoco se levanta
de la silla pasas sin problema, aunque te planteas que ni te ha mirado. Bueno,
estás dentro y vas a aparcar en el paddock. ¡Los cojones otra vez! El fosforito
del Araceli te dice que Tururú, que tu pase pone Parking B. Que des la vuelta,
salgas por donde el de los All-Bran, cojas dirección a tu casa (durante unos
metros que se te harán eternos) y verás otra entrada a la derecha que te va a
dejar en un parking que, como ya has intuido, queda a tomar por el culo del
box, del camión y del pódium… A tu novia ni la miras, a eso sí que no hay
huevos.
Y tú te creías que lo de ayer era
un barrizal, eh? Hay tantos coches que sigues hasta el fondo, así entre tú y yo
te diré que muy al final hay un túnel con el que podrías pasar al paddock….
pero tiene un fosforito asentado. Bueno, y eso si no tiene un charco. Y si
tiene charco no intentes vadearlo, en serio. A fe de Dios que a mí un día un
fosforito me dijo que si quería que lo intentase, pero que “no me lo recomendaba”…. “Así sí que me dejas entrar sin pase, eh?”.
Te toca aparcar en donde el
viento da la vuelta y no ves manera posible de llegar al paddock. Te da que hoy
no corres. Evidentemente “los trastos de los coches” los cargas tu. Pensarás
que estos señores tan amables vuelven a querer que levites, pero tienen ideas
mejores para ti. Ves un puente, pero no va a ser…. Mira bien, verás un cartel
que pone “Acceso al paddock” y te encontrarás un túnel. Tu salvación!! Bueno,
salvación para llegar al box, porque al entrar empieza a entrarte una sensación
de pánico… ahí debe haber ácaros del tamaño de centollos y de las arañas ni
hablamos. Pero sobre todo, por encima de todas las cosas, ni se te ocurra
girarte para mirar a tu novia si no quieres convertirte en estatua de sal… o
algo peor. Caminas con paso firme y decidido (no vaya a ser que se derrumbe)
sabiendo que en cuestión de segundos tendrás que empezar a contener la
respiración ¿pero a quién se le puede ocurrir mear ahí? ¿Cuáles son las eternas
penas del infierno a las que será sometido por un fosforito si le pillan?
Pero no hay fosforitos, están a
la salida del túnel para pedirte el pase y más te vale llevarlo…..
Esto que leéis es ficción basada en realidad, que si eres pìloto reconocerás perfectamente. Hemos puesto el ejemplo del Jarama, pero es exactamente igual en casi todos sitios. Hay un seguridad de Valencia que ha llegado a partirle un brazo a un piloto de la World Series, y en Jarama han llegado a las manos más de una vez por estas injusticias. todos los circuitos son sililares.
Es una pena que un portero, porque le han puesto allí con una misión, moleste por deporte. Peor es que a sus amigos y conocidos los deje pasar, pero lo peor de todo es que están cabreando a los pilotos, que son al final el cliente final del Automovilismo. Sin pilotos que paguen inscripciones no hay porteros, así que hoy por hoy, son los jefes.
Resulta curioso ver como los que "pagan la fiesta" son los que no pueden aparcar, los que tienen que caminar, los que son tratados mal... mientras que los que trabajan para el ese fin de semana (Federativos, banderas, personal del circuito) sean los que tienen preferencia.
Estas actitudes tienen que cambiar. Si las carreras son gratis ir a verlas. ¿que trabajo nos cuesta hacerlo más agradable?¿tan difícil es dejar la entrada libre a todo el que quiera?¿no podemos dejar un parking de pilotos y el resto para todo el que quiera? tan difícil es ser agradable con la gente, que no va a robar ni a hacer ningún daño?
En Racing Gang proponemos varias cosas
- Que los circuitos pongan porteros agradables y educados, o al menos que se enteren de que pases hay y de cuando los dan.
- Que no se permita decir "Yo cumplo órdenes" y se les deje pensar solos si esa persona está bien situada en un box o no.
- Que tengamos claro quien es el cliente y lo cuidemos.
- Que solo exista un pase, que sea de piloto (por el parking) y lo demás sea acceso libre a todo el mundo.
Si te sirve de consuelo a nosotros vestidos de naranjitos, a las 7 de la mañana que aun no ha salido ni el sol en algunas carreras, tampoco nos dejan pasar...
ResponderEliminarLo de los porteros (del Jarama en este caso) es algunas veces surrealista y nos hemos quejado más de una vez. Da igual con pase, sin él, sea una ecoserie o los camiones (que miedo me da este fin de semana a ver por donde salen).
Al final lo que vale es lo de siempre... es mejor pedir perdón que pedir permiso.
Yo soy comisario de pista en Montmelo, y depende que carreras como pueden ser las 24H siempre hay lio si llegas 5 minutos antes de la hora que te dicen de cambio ya ves colas de coches de comisarios intentando entrar, y la respuesta es: a mi me han dicho tal hora.
ResponderEliminarEs un poco penoso la verdad, y eso que al menos por lo que e visto por hay aqui son comprensibos y no complican mucho las cosas