A que mola…
Tal como me dijo otro racing gang hace poco, “hay unos garajes por ahí que flipas…”
De pequeño tenía un cochecito parecido a este en la foto, que se movía con la fuerza de mis pies. Con el bajaba unas cuestas y derrapaba en las curvas, usando la suela de mis zapatos como frenos. Muchas noches soñaba con transformarlo en un coche tamaño de verdad. Este tio lo ha hecho y me encanta.
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