Que tienen los coches pequeños

Mi coche de diario es un M3 y algún que otro fin de semana compito con un GT. Durante los últimos 5 años he podido conducir todo tipo de aparatos, tanto dentro como fuera de la pista y si hay algo que no ha cambiado en este tiempo es mi pasión por los coches pequeños.


Siempre me han gustado los coches pequeños y potentes. Es una sensación increíble estar al lado de un coche grande (un mercedes por dar un ejemplo, con su señor mayor con puro incluido), y poder dar un acelerón dejándole con cara de “pero yo tengo un Mercedes…, me deberías respetar…”.

 

Por eso mi segundo coche fue un 106 Gti. Qué maravilla de coche. Un bicho. Lo conducías con el acelerador…. Levantabas  un pelín y metía el morro, apretabas el pié y habría su trayectoria. Donde lo apuntabas iba, como un tren sobre rayas, y como vivía en el centro, aparcarlo era un juego. Llevaba soñando con ese coche desde el momento que Peugeot sacó la primera versión (también soñaba con el 205 GTi 1.9 por cierto). Había leído todo sobre el, y empezaba a verlos por la calle, aunque mas en su versión Rallye. En la ciudad donde vivía, Atenas, había piques entre los tres peques (el 106 GTi, el Saxo VTS y el Punto Turbo), y nunca se fallaba la oportunidad de ponerlos en línea y ver quien llegaba primero al siguiente semáforo. Eran otros tiempos y se hacían muchas locuras. Entre los colegas (colgaos) teníamos innumerables discusiones sobre cuál de los tres era el mejor y aunque casi siempre llegábamos a la conclusión de que el Punto era el mas rápido en línea recta (además porque solo faltaba tocarle un poco el turbo para aumentarle los caballos), todos estábamos de acuerdo que los franceses lo machacaban en curvas, aunque nunca llegábamos a concluir sobre cuál de los dos era mejor….. igual porque en realidad no había tanta diferencia…..

Pero mi 106 tenía un problema…. cuando pasabas de 180km/h (limitaba a 221), las puertas empezaban a abrir y hacia un ruido que mi chica no aguantaba. Fue la causa de innumerables discusiones (no por ir rápido, sino por el ruido…), y así decidí que era tiempo de cambiar. Seis años después de haberlo comprado se lo vendí a un Gallego loco que vino con un colega hasta Madrid, sin ni siquiera haberlo visto, y se lo llevó. Me decía que en España había muy pocos y que ese coche le encantaba. Le entendí perfectamente aunque me dio mucha pena que se lo llevara.

Y ya con el listón tan alto, a que vas? Pues barajaba el Civic Type R ó el Mini Cooper S JCW. Ganó el Mini, no tanto por prestaciones ya que el Type R sobre papel era mejor, sino por estética y tamaño. Lo quería gris con la raya blanca, y encontré el que buscaba de segunda mano con 13.000km. Era demasiado bueno para dejarlo pasar. Mi coche tenía que ser pequeño y matón, y el Civic me parecía demasiado grande.

Y no me defraudó, aunque nunca me dio las sensaciones del 106… hasta que empecé a retocarle cositas. Os recuerdo que era un JCW, pero solo de motor, por lo que le puse suspensiones y asientos JCW. Le cambié los discos y pinzas a unos Galfer de 330cm con pinza AP de 4 pistones y pastillas Ferodo 2500 delante. Latiguillos metálicos, por supuesto, en las cuatro ruedas y unos discos perforados y pastillas “verdes” atrás. Le cambié las llantas a unas OZ Super Leggera (porque los frenos no cabían en las llantas originales) y porque además, me encantan.

Pero no paré ahí….. seguí con varias poleas (del cigüeñal, del supercharger y otras), la correa de transmisión, un árbol de levas mas agresivo, un intercooler mas grande, el volante de transmisión, el embrague a uno de competición, el cuerpo acelerador mas grande, la caja del filtro la tiré y la remplacé por un kit de K&N, un diferencial autoblocante de Quaife, una barra estabilizadora delante, un colector nuevo con su correspondiente catalizador deportivo de Miltek, silentblocks duros, y por supuesto, todos los líquidos de competición (aceite, valvolina, liquido de frenos…). Cuando lo subí para ver cuántos caballos sacaba, marcó 241. Era hora de parar. El coche lo sigo teniendo, y me encanta, aunque lo uso menos ya que es muy extremo y cansa en el día a día. Eso si, para un Track Day, (el verdadero motivo de la transformación) es el cohete perfecto! (buscadlo en el ranking de los track days Jarama)

 
Algunos me dirán que cuando me puse a retocar el Mini, me convertí en “tunero” y lo estropeé. Yo lo veo mas como una mejora con un objetivo claro. Con el 106 nunca me metí en la pista, y lo que necesitaba era un coche que aguantase miles de kilómetros sin darme ningún problema. Como sabemos todos los que hemos “retocado” nuestro coche, no es el caso del Mini. El Mini es un aparato delicado que necesita que lo mimes, pero es muy efectivo en circuito, y para mi, ese era el objetivo.

Ahora estoy con otro proyecto “pequeño”. Un Fiat 500 del año 1969. Unos dicen que lo estoy tuneando, otros que lo estoy estropeando. Yo digo que lo estoy mejorando. Pronto podréis decidir vosotros mismos…

Comentarios

  1. ¡Tienes el record de los Minis! Tienes que ir a por el record de traccion delantera, jaja.

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  2. que bueno!! ojo, el "performance" o "up grade" no tiene nada que ver con el tunning, avanti Kosta!!

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  3. A mi me encantan los coches pequeños, son mucho más cómodos para aparcar y encima son mas bonitos

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  4. Creo que es su diseño y lo fáciles que son para aparcar en las grandes ciudades

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