Victoria en los 500 km de Alcañiz.

Ya lo habéis visto en la carta que nos ha dejado Ana para Kosta ayer. El equipo de la Escuela, con el que de una u otra forma participábamos todos, ha ganado la general en los 500 km de Motorland celebrados este fin de semana. Me gusta llamarlo fin de fiesta, porque es exactamente eso, una carrera final en la que todos se reúnen para terminar la temporada, esperemos que con el paso de los años se afiance como la auténtica carrera de campeones, porque es lo que es.



La inscripción, como ya os contamos, era de lujo. Francesc Gutierrez y su equipo se esfuerzan cada año por completar a los habituales del CER con una mezcla de ídolos nacionales que se animan a inscribirse en una carrera que tiene muchos atractivos para cualquiera con casco y licencia. Este año destacaban Carlos Sainz Junior y Senior, que corrían juntos con un Seat Leon de categoría D2. También se inscribía Antonio Albacete, con el que hablamos nada más llegar y nos contaba que no conocía ni el coche ni el circuito, aunque eso no es precisamente un problema definitivo en él, que iba a estar arriba era seguro. Por cierto, llegaba en su M3 e30 Cecotto, una edición especial que BMW hizo del M3 e30 para homenajear a un piloto contra el que Antonio corrió.

También había varios moteros, muchos amigos y para poner un punto rosa.... Jesulín de Ubrique, al que ponían en el box de al lado. Se ve que saben que somos gente seria y no nos vamos a dejar despistar por tanta cámara.... o si...

Las cosas empezaban regular para el equipo de la Escuela. Entre los entrenamientos libres y los oficiales sólo había 15 minutos, así que una de las premisas era que no podía haber problemas porque no habría tiempo para solucionarlos. Contábamos con 3 coches, el primero de ellos, con el dorsal número 1 ganado en la pista el año pasado, era un Gineta G50 pilotado por Kosta y Oliver Campos. El segundo Gineta, con el dorsal 37 era conducido por Jose de los Milagros, Carlos Martínez y como incorporación de última hora Jesús Díez Villarroel. Y como ya se está convirtiendo en habitual, también contaba con un equipo de debutantes en esto de las carreras, con Aitor Sánchez, Armando Baqueiro, Silvia Cintrano y un infiltrado Javier Morcillo. La verdad es que es siempre divertido ver a un equipo como el que ocupaba el Mazda Mx5 y un placer echar una mano en los primeros pasos de la gente en las carreras, resolviendo dudas, echando un cable y sobre todo contagiándote de la ilusión que desprenden.

Las cosas empezaron regular en los libres. El Gineta negro tuvo un encontronazo con otro participante y tuvo que entrar en boxes a arreglar el toque en una de las ruedas traseras que dobló un tirante de la suspensión. Tocaba alinear rápidamente y casi a ojo pero finalmente pudo salir a los oficiales desde el comienzo. Se decidió que a la "quali" saliese Jesús primero a rodar pastillas y quitarle el brillo a un juego de neumáticos, después Carlos, y finalmente De los Milagros a hacer un tiempo ya con todo en su sitio. Por su parte el Mazda tendría bastante trajín porque en 45 minutos los cuatro pilotos tendrían que dar vueltas, lo que dejaba unas 4-5 vueltas para cada uno. Oliver y Kosta ya se lo conocen todo, así que irían a su aire dejando el coche a Oliver al final con el objetivo de hacer la pole.

Cuando llevábamos muy poco tiempo recibimos uno de esos mensajes por radio de los que no quieres oír: Kosta se ha salido y no puede seguir. Poco después se confirma, hay golpe y está bastante tocado. El Mazda seguía con su trabajo por delante y los pilotos iban haciendo sus vueltas. Por su parte, en el Gineta negro le tocaba el turno a Jose para salir ahí a fundir y defender los colores de la Escuela, pero sin arriesgar demasiado, porque con un coche tocado no podía permitirse que pasase nada si quería asegurar la salida. Además él mismo tenía que ir reconociendo el coche. Poco a poco fue cumpliendo con su trabajo. Mantuvo el ritmo de cabeza bajando la diferencia de tiempo con la pole en cada vuelta, consiguiendo un tercero al final de la clasificación pero con la certeza de que en un par de vueltas más podría haber estado ahí. La diferencia con el segundo era de menos de 2 décimas y con la pole de medio segundo. El Mazda por su parte también conseguía holgadamente la pole en D7. La duda era si se llegaría a tiempo para arreglar el Gineta de Kosta y Oliver, había unas 3 horas para hacerlo y el coche llegó con un golpe en el lado delantero derecho y esa rueda colgando.

El tiempo iba pasando y los mecánicos se volcaban en el coche para tenerlo listo, había que cambiar todos los elementos de la suspensión y lo que fuera apareciendo. Afortunadamente el Gineta es un coche pensado para correr y que este tipo de cosas sean rápidas y fáciles. Capó fuera y a trabajar cómodamente, pero había mucho que hacer. Al empezar, Mariano (el jefe de mecánicos) ponía cara de que sí, que se podía hacer, pero según iba pasando el tiempo no lo tenía tan claro. Kosta prefería no mirar y Oliver le daba ánimos con su habitual tranquilidad "cuando veas que podemos salir a verás como se te pasa el mal rollo".

La estrategia de carrera estaba muy bien planificada. En el Mazda saldría Javier para pasar la salida, dándole el coche a Armando primero y éste a Silvia, dejando a Aitor para el final teniendo que lidiar con un coche seguramente más tocado. En el amarillo también estaba clara, saldría Jose de los Milagros, después Carlos y por último Jesús. La de Kosta y Oliver la tuvimos que terminar de confeccionar en la cena con un complejo sistema de cálculo de consumo y eficacia del coche en pista, unido todo ello a un estudio psicológico de los pilotos para analizar su estado de forma mental de cara a afrontar los retos de una carrera de 4 horas.... vamos, que la pintamos con un boli que nos dejaron en el mantel de papel del restaurante de la cena en el que pedimos un menú selecto; "tráenos lo que quieras, pero tráelo pronto", y luego "más carne". Consistía en que en el Gineta amarillo Oliver hiciese la salida, al cabo de un rato le pasase el coche a Kosta, que se lo devolvería al completar como el poco el mínimo de minutos y como mucho el máximo, parando antes si se cansaba... El propio Jean Todt llamaría para felicitarnos de haberlo sabido, y seguro que  Ron Dennis no tarda en hacernos una oferta. O Flavio. Sí, casi mejor dejamos nuestras aspiraciones en que nos llame Flavio.


Pero volvemos a lo que pasaba en boxes. El Gineta negro y el Mazda estaban perfectos, repostados y limpios esperando que llegase la una de la tarde, hora en la que empezaba el procedimiento de salida, pero la actividad era frenética. Había que repartirse para terminar de arreglar el coche, pero también que pensar en gasolina, neumáticos, comprobación de las radios, último briefing con los pilotos para tenerlo todo claro.... los mecánicos corrían de un lado al otro buscando un último tornillo, arandela o cinta para pegar los restos de carrocería del Gineta amarillo.

Los pilotos a prepararse, que es la hora. Hay que salir a hacer la vuelta de formación de parrilla (que consiste en salir de boxes y ponerte, si es que llegas, en tu puesto en la parrilla). Finalmente salen los dos coches negros, el amarillo sigue al fondo del box pero está casi listo. Salgo a pista para colocar a Jose y me lo encuentro en una tercera posición rodeado de Leones por todas partes. Javi está con el Mazda más atrás y de Oliver no se sabe nada. Nos echan, comienza todo. Vuelta de salida detrás del Safety, que al terminarla se retirará dando comienzo a la carrera, y cuando los coches ya la han comenzado, Oliver sale del box y se pone el último de la cola de coches que salen desde boxes. Absolutamente último.

Pero esto es una carrera de resistencia. No se va a ganar por un segundo ni por diez (bueno, el año pasado Luís Sepúlveda y yo ganamos la categoría por menos de eso, pero volvamos a la teoría....), así que no es importante perder algo de tiempo al principio o incluso algo en cada vuelta. Lo más importante de todo es no tener problemas de ningún tipo. Hacer una carrera limpia, sin golpes, salidas de pista, problemas, roturas... y rodando de forma estable en un tiempo suficientemente bueno, gestionando bien el tráfico y sobre todo avanzando, estando en pista el mayor tiempo posible. La carrera nos demostró una vez más que la teoría se cumple.

Jose de los Milagros se puso primero en la primera curva. Desde ese momento empezó a rodar a muy buen ritmo y eso que el Gineta es un coche pensado para que tarde en calentar del todo. Sólo dos leones parecían aguantarle, los de los Monje y Toril/Rosell, aunque el paso de las vueltas confirmaba que iban perdiendo tiempo a cada vuelta. Y eso que había Leones muy cañeros corriendo, el propio De los Milagros había corrido con uno las 24 hr de Montmeló y decía que algunas unidades llegaban a los 400 cv. Eso lo notábamos en la velocidad punta de los coches, que llegaban a ser hasta 15 km/h superior en comparación con el G50. Jose fue aumentando su ventaja durante todo su stint, haciendo además la vuelta rápida de carrera y rodando consistentemente en el mismo segundo cada vez que tenía una vuelta sin tráifico. Mi misión era precisamente ir informándole desde el muro de cómo estaba la carrera, su ritmo y lo que necesitábamos para mantenernos arriba.

Sin embargo, contra todo lo que habíamos pronosticado, algunos Leones empezaron pronto a repostar. Eso hacía ganar opciones a ambos Ginetas. Pero entonces llegó la penalización de un Stop&Go a Oliver, seguramente por adelantar con banderas amarillas. Por su parte Jose rodaba arriba y ya tenía al Leon a más de 30 segundos cuando tocaba entrar a repostar. El cambio de piloto coincidió con el repostaje del Leon número 4, así que la remontada que estaba protagonizando Oliver cobró sus frutos por sorpresa y antes de lo esperado, porque con tanto movimiento llegó a ponerse primero justo antes de que le tocase entrar a él.

Los problemas para el equipo empezaron pronto. Javi hizo la salida en el Mazda sin problemas, pero al entrar a cambiar piloto poco le duró la alegría del debut a Armando. En sus primeras vueltas el cambio dijo basta y rompió. Avería irreparable que suponía el abandono, pero sobre todo el disgusto de que Armando poco consiguió rodar y Silvia ni siquiera subirse en carrera. Ya nos han prometido otro debut en el que seguro que nos dan una alegría.

Y los problemas continuaron. En el Gineta negro Carlos Martínez salió de boxes en tercera posición relativa pero un toque con otro piloto le obligó a entrar a  boxes y perder tiempo trabajando en el coche más o menos a las dos horas de carrera. Por su parte Kosta salía a pista para luchar con el Leon de Toril y Rosell por la primera posición. En plena batalla por la victoria salía de nuevo el Gineta Negro, esta vez conducido por Jesús Díez Villarroel, pero los problemas de embrague que aquejaron a Carlos no pudieron arreglarse y nada más salir ya vio que había que abandonar. Las opciones de la carrera quedaban en manos de Kosta, Oliver y el maltrecho G50 amarillo que se dejaba la piel en pista contra el Leon.

Las dudas llegaron cuando el Leon se llegó a desdoblar de Kosta en pista. Si en ese momento hubiese un Safety Car toda la ventaja se vendría abajo, porque además Kosta no podía parar a hacer el último cambio de piloto porque entonces Oliver se pasaría del tiempo máximo en carrera (un 60% del total). Sólo podíamos esperar a ver si efectivamente el Leon aguantaba hasta el final como creíamos y si hacíamos un cambio de piloto lo suficientemente rápido como para perder menos del tiempo que le sacábamos en pista. El cálculo de combustible para terminar era fundamental ahora, así que tocaba volver a pedir un boli y confirmar tanto el tiempo conducido por cada piloto como los litros necesarios para acabar. Cada garrafa del equipo lleva 25 litros, así que había mucha diferencia entre meter una, dos o tres. Lo suficiente como para perder posición en el cambio de piloto.

Nos salieron 35 litros necesarios, pero como ya sabemos lo que es acabar con 1,5 litros en el depósito preferimos no arriesgar y, sin llegar a las dos garrafas completas, sí que meterlas casi llenas, unos 40-45 litros. Al cumplirse el tiempo de Kosta le llamamos por radio para entrar.

El repostaje fue todo lo rápido que necesitábamos, pero lo mejor llegó cuando íbamos a comunicarle a Oliver que estaba por delante del Leon, porque justo en ese momento le vimos entrar.... nos equivocamos suponiendo que llegaría al final, así que no era necesario apretar demasiado en la última media hora.

Oliver mantuvo el ritmo necesario hasta acabar y con ello conseguir la tercera victoria en los tres años que lleva celebrándose la prueba en Alcañiz. Todo un orgullo tanto para la Escuela de Pilotos como para todos los que les conocemos. Además en una carrera especialmente apretada y movidita.

Llegaba el momento de preguntar por los amigos. El primero en llegar fue Pablo Yeregui, aún con Dani Carretero en pista. Nos contó que sufrieron dos reventones y un toque, lo que acaba con las aspiraciones de cualquier carrera. Corrían en la categoría de Jesulín, que parece ser que hizo un stint de unos 40 minutos dejando el resto a Laia Sanz (que lo hizo muy bien) y un Jordi Nogués que tiró de experiencia para ganar entre los Ibizas. Os podéis imaginar el orgullo que siento al comunicaros que Pablo y Dani hicieron terceros, con lo que pudieron compartir podium con la estrella del toreo (por mucho que en el Marca digan que también de la conducción) y salir en un montón de fotos que pueblan las páginas de deportes de muchos periódicos nacionales y es posible que hasta en Sálvame (siento no poder confirmarlo). Supongo que en el futuro Dani podrá decir con razón que somos unos "seres despreciables que no olvidan y restriegan" cuando le recordemos este MOMEENTAAZOOO, que diría alguno del gremio.

Antonio Albacete tuvo problemas en la carrera y sólo pudieron hacer cuartos en D1. Peor aún fueron las cosas para Jorge López y Michael Lepoutre con un Mini Challenge, que se quedaron tirados en pista en el stint de "Mick" y después tuvieron que abandonar. Nil Monserrat sí que pudo hacer podium en una de las categorías más competidas.

En definitiva y como se preveía, una carrera muy animada en la que al final tienen razón los que saben de esto y se trata de estar en pista, a veces "conservando" pero sobre todo sin meterse en líos ni tener problemas. Y siempre con Kosta y Oliver arriba, aunque nos den algún sustillo de vez en cuando.

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