Ahora que Kosta no me oye; Carta para Kosta tras ganar los 500 Km de Motorland.

Hemos recibido en la central de Racing Gang, esta preciosa carta que Ana de Miguel le escribe a través de este blog, (Todo un honor) a su Marido Kosta, tras ganar los 500 Km de motorland en una épica carrera. Disfrutarla.















Cuando, hace ya seis años, a Kosta le dio por empezar a apuntarse a “track days” en el Jarama con su Mini, pensé que la cosa no pasaría de ahí. Que un par de veces o tres por año, se cogería un día de vacaciones para dar rienda suelta a su hambre de adrenalina automovilística y se quitaría un poco la espina de no haberlo hecho antes, aún cuando la gasolina corría por sus venas desde pequeñito. Su padre, al que nunca vió competir, había tenido una larga historia de participaciones en rallies. Creció rodeado por sus trofeos y por sus historias de Mónaco, del rally Acrópolis, y sobre todo, de la pasión por el motor. Muy pronto -casi a la vez que a andar- empezó a sentarse en las rodillas de su padre para ser él el que manejara el volante al meter el coche en el garage.


Los track days empezaron a ser más numerosos y Javi Morcillo, de la Escuela española de pilotos, empezó a animarle a que no se quedara ahí, que no lo hacía mal, que podía pensar en tomárselo más en serio. Llegó la copa Honda. Durante un año -cinco competiciones- nuestra hija, que contaba seis meses, y yo, le seguimos por circuitos de España y Portugal, animándole y viendo como, en efecto, no lo hacía nada mal. La niña, pertrechada con sus auriculares y colgada de su mochilita, se volvía loca cuando veía a su padre con el mono y el casco. Se convirtió en la mascota del equipo y estoy segura que todos los pilotos de la Honda tienen fotos de Alexia, plácidamente dormida en su carrito, con sus auriculares puestos, y completamente ajena a los rugidos de los motores.

Con la segunda niña en camino se apuntó al CER, y ya se nos hizo más difícil seguirle a sus carreras. Nació Sara y nos vinimos a vivir a Grecia. Por segunda vez pensé que la cosa quedaría ahí. Me equivoqué. Tras el CER vino el Ginetta y el Campeonato de España de GT. A mí la cosa empezaba a no hacerme gracia. Quedarme sola en el recién estrenado destino, cuidando de dos niñas menores de tres años, no era mi idea de la felicidad, precisamente. Y me quejaba, mucho, pero ni siquiera el hecho de tener a una esposa protestona que torcía el gesto cada vez que oía hablar de una carrera, hizo que su pasión por el volante decreciese. Yo creo que al contrario. Tras el primer año de GT, vino el segundo, y el flamante primer puesto en GT Light. ¡Hala!, yo, deportista de toda la vida, que me había pasado toda mi infancia y mi juventud haciendo metros y metros en una piscina, nunca había logrado llegar a ser campeona de España (de Madrid sí, ¿eh?, que no era tan mala). Y ahí estaba el “guiri”, a sus treinta y cuatro, ciñéndose los preciados laureles. Cualquiera le decía ahora que parase.

Las niñas fueron creciendo y empezaron a ver pelis. “Cars” fue enseguida una de sus favoritas, y Alexia empezó a poner su particular granito de arena a la carrera automovilística de su padre al recordarle, cada vez que se iba, que no se le ocurriese volver sin una “copa pistón”. Enseguida tuvimos que comprar una estantería para ir poniendo las que, obediente a los deseos de su pequeña, nos traía.

El pasado fin de semana corrió por tercera vez, junto con su compañero Oliver, los 500 Km. de Alcañiz. Habiendo ganado las dos primeras ediciones, triunfar en la tercera se convertía casi en un deber. La participación de Carlos Sainz con su hijo, le sumaba emoción a la aventura, y aunque se desilusionó un poco cuando supo que no estaría en su misma categoría, el simple hecho de saberse en la misma pista, en el mismo momento que su héroe de la infancia (no olvidemos que Carlos Sainz, para los griegos, es Dios), le hacía sentir mariposas en el estómago.

Probablemente fueron esas mariposas las que le hicieron salirse de la pista en la tercera vuelta de los entrenamientos y dejar el coche para el arrastre. Cuando me llamó para decírmelo (yo no tenía manera de seguir la carrera), quería sonar resignado, intentaba aceptarlo añadiendo que al menos la culpa había sido sólo suya, y no de la mala suerte. Pero le conozco y se que por dentro debía estar hirviendo. Quedamos en que me llamaría si a los mecánicos no les daba tiempo a “curar las heridas” de Ginetta. No me llamó. Le mandé un mensaje para que me informara. Me contestó que el coche estaba en pista, que ya tendría más noticias.

La noticia llegó por Facebook, de la mano de un ex compañero de trabajo que se había desplazado a Alcañiz a verle. Decía: “Kosta gana los 500 km. de Alcañiz por delante de Carlos Sainz padre, del hijo, de Alzamora y hasta de Jesulín de Ubrique. Ole y ole sus huevos griegos”.

Salté de alegría y corrí a informar a las niñas de que una nueva copa pistón estaba en camino. Me dió mucha rabia no poder estar allí y verle la cara. Me lo imaginaba -seguro que lo estaba- exultante, feliz, agotado físicamente, pero con la adrenalina a la altura de la gorra. Me llamó al ratito: “Bueno, pues ya está, lo conseguimos”, y poco más me pudo decir, ya que nuestra conversación se veía cortada continuamente por la gente que le felicitaba.

Llegó ayer por la noche con todos los periódicos deportivos debajo del brazo. El alcance mediático de esta carrera -y sus pilotos de lujo (vale, y también Jesulín de Ubrique)- ha hecho que su foto salga en casi todos. Lo celebramos con un plato de jamón recién cortado y una botella de Mauro (y, como dice la canción, “qué bien que sabe este vino, cuando se bebe lejos de España) y ha dormido como un bendito.

Y yo, que seguiré sufriendo sus ausencias, y me seguiré quejando, no faltaba más, no quería dejar pasar esta oportunidad de contaros -ahora que no nos oye- lo orgullosa que me siento de él. Aunque tenga que aceptar compartirle con este otro amor suyo, al que, mal que me pese, no va a dejar y que le seguirá produciendo -espero- grandes satisfacciones y que ha conseguido lo que yo no conseguí en todos los años anteriores: ¡que haga ejercicio!.

Enhorabuena Kosta. Eres el mejor.
Fdo: Ana de Miguel

Comentarios

  1. Wow! Gracias por aguantarme cariño!
    ..... Y es que tu me ves con buenos ojos

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  2. Todo Racing Gang tiene a su lado a una GRAN RACING GANG, y el que no la tenga, se la merece!!

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  3. seguro que me salto algún mandamiento Racing Gang diciendo esto, pero se me han puesto los ojos vidriosos... (que no es lo mismo que saltar las lágrimas, eh!)
    enhorabuena, a los dos.

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