Delta Wing en Le Mans, protagonista de la mejor historia de la carrera

Del proyecto Delta Wing ya os habíamos hablado por aquí y todos teníamos muchas ganas de ver lo que hacía en la carrera, aunque yo no las tengo todas conmigo de que quiera que "eso" sea el futuro de las carreras. En cualquier caso un Toyota desbocado terminó precipitadamente con su participación en la carrera, lanzándolo contra un muro y dejándolo casi sin opciones....

Pero has leído la palabra clave: "Casi". En Le Mans el reglamento dice que los coches no puede recibir asistencia externa fuera del box, eso, evidentemente incluye la pista. Sin embargo, si pasa algo, los pilotos sí pueden tocar el coche buscando precisamente poder continuar y llegar a boxes, y en esas estamos.


Este mismo año vimos a Dumas quitar piezas del frontal para poder seguir, y en este vídeo vemos como el piloto del Delta Wing sale del coche a valorar los daños e intentar continuar al menos hasta el pit, para que una vez allí el equipo valore y con toda seguridad arregle el coche para por lo menos seguir aprovechando la experiencia para adquirir datos y ver cómo va el proyecto. Abandonar, por tanto, supondría un golpe muy duro para todo lo que se estaban jugando y el piloto lo sabia.

En el vídeo se ve que varios mecánicos e ingenieros del equipo se acercaron hasta la valla próxima al lugar del accidente para dar indicaciones al piloto de lo que tenía que ir haciendo y pasarle herramientas para que lo arreglase, pero tenía que hacerlo todo él, no podía recibir ayuda. De hecho no podía separarse más de 10 metros del coche ni quitarse el casco o contaría como abandono....

Venían de un periodo de Safety Car y "cuando el semáforo se puso verde intenté dejar pasar a los líderes sin interferir en su carrera, pero el Toyota se cruzó y me golpeó fuertemente"

El vídeo es la lucha por continuar y es mágico ver cómo se va haciendo de noche....

El piloto intenta en varias ocasiones, tras haber arreglado algo, arrancarlo y avanzar. Otras veces se ve cómo se queda mirándolo, como diciéndole al coche que le ayude, que se levante y camine hasta donde le van a curar justo antes de volver a la carga con la herramienta a mano para seguir intentándolo... ¡no se puede abandonar!

Se ve a los mecánicos, que saben las opciones que hay, con cara de impotencia, agarrando el mono del piloto para darle fuerzas cuando llega el momento de tomar la decisión de que no va a poder ser y hay que dejarlo.

En ese momento el piloto, Satoshi Motoyama, supongo que sacando ese espíritu japonés, recoge las cosas y deja los restos de su compañero ordenados antes de dirigirse a la salida y volver, solo, al box.

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