Explicación sobre el Blistering de Pirelli

Hace unos meses Pirelli publicó un vídeo en el que se explica cómo y por qué sucede ese fenómeno que tanto dicen en la tele y llaman "Blistering". Con la llegada del GP de Monza y sobre todo tras el GP de Bélgica el contenido está más de actualidad que nunca. Hoy os dejamos otro vídeo técnico en el que se explica lo que está pasando ahí abajo.

Parece ser que en Spa había bastante gente sudando la gota gorda. Pirelli pidió a los equipos que no pasasen de 4º de caída negativa, pero especialmente Red Bull no hizo demasiado caso y se comenta que llegaron a los 4,3º. Parecía seguro que el ya famoso blistering no sólo iba a aparecer, sino que en combinación con algunas zonas del circuito podía convertirse en un auténtico problema de seguridad. En Red Bull hicieron oídos sordos y no cambiaron los reglajes cuando la prudencia lo recomendaba para evitar salir desde boxes, pero corriendo el riesgo que llegó a verse claramente por la tele debido el estado en el que estaban los neumáticos durante algunas fases de la carrera. El responsable de la decisión fue Adrian Newey, como no podía ser de otra manera, y estuvo todo el rato tragando saliva. Para Monza, el constructor de neumáticos ha dicho que nada de caídas superiores a 3,75º.

Pero ¿qué es el blistering? Nada mejor que Pirelli para explicarlo.



Como dicen en el vídeo en perfecto inglés, los neumáticos de F1 (y los de calle, aunque de una forma mucho menos exagerada) trabajan en un rango determinado de temperatura que en realidad es bastante estrecho. Solo en ese rango se obtiene un rendimiento óptimo. A su vez, el neumático se calienta de forma diferente en función de cómo trabaje, y eso está en parte determinado por los reglajes de suspensión. Una caída negativa demasiado acusada sobrecalienta los neumáticos en las rectas.

El problema se origina cuando las partes de la goma más cercanas a la carcasa se sobrecalientan por encima de ese rango óptimo de temperatura, produciendo pequeñas ampollas (blisters) de aire que presionan la goma y llegan a hacer que se rompa, desprendiéndose trozos de ella que serán más o menos grandes en función de la temperatura alcanzada y el "stress mecánico". Y lo que pasa es que esos trozos desprendidos no solo dejan el neumático sin goma en contacto con el suelo, sino que crean cráteres que llegan casi hasta la carcasa e impiden que el conjunto funcione como Dios manda.

¿Cumplirán esta vez los equipos las órdenes de Pirelli?

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